lunes, 9 de enero de 2012

Mi testimonio para mi amiga Ana Cristina y para el pueblo

Mar del Plata Centro Político del Papado de La Santa y Nueva Argentina, 9 de enero de 2012


Un hecho extraordinario fue dado a conocer al mediodía del sábado 7 de enero próximo pasado: la Unidad Médica Presidencial informó que habían comprobado que Cristina Elizabeth Fernández, viuda de Kirchner, ¡no padece cáncer como habían diagnosticado! A la natural alegría de la mayoría popular siguieron las naturales miserias especulativas de “opinadores” al servicio de los “factores de poder”, hablando de mala praxis, de una glándula “endiablada” y supuestos errores de diagnóstico y terapéuticos ¡Pura cháchara!
La realidad, única verdad, es que hubo un milagro en Cristina resucitada, ¡Ana! Por su amor al Corazón de Jesús desaparecieron las células cancerígenas, y está purificándose. ¡Tu Fe te ha curado! ¡El pueblo, los sencillos saben que por sus oraciones sin doblés, han sido parte del milagro!
El entorno médico, el equipo que operó y diagnosticó no ha actuado de mala fe al decir que no era cáncer; no saben nada de las realidades del espíritu, pero ellos en verdad le creen a los diagnósticos que realizan, y en sus cabezas ni se asoma la idea del milagro. No así el entorno político de Cristina, que si sabe del milagro, pero que se han negado a difundirlo como un hecho de Fe de la señora presidente.
La Unidad Medica Presidencial dio a conocer el diagnóstico realizado en el centro de Diagnostico Maipú, el 22 de diciembre de 2011 que derivó en la intervención quirúrgica de la Jefa de Estado. Se acompaña el facsímil del centro en el cual se destaca el siguiente párrafo del informe: “Diagnóstico: “tiroides lóbulo derecho sector medio-superior (p.a.a.f. bajo control ecográfico). Muestra 1: citología compatible con carcinoma papilar de células foliculares (Bethesda categoría VI). Muestra 2: citología compatible con bocio coloide nodular (Bethesda II)”.
El informe no pone en tela de juicio el profesionalismo de los especialistas, ya que estos resultados están contemplados dentro del 2 por ciento de las estadísticas bajo la denominación “falso positivo” y que solo puede verificarse una vez realizada la intervención quirúrgica y extraído el órgano afectado". Firman los doctores Luis Buonomo y Marcelo Ballesteros.
Sobre esta base, y completando esta visión estrecha de la sabiduría humana; desde la Fe en Jesucristo Resucitado y Misericordioso, afirmamos que efectivamente estamos ante un milagro, es decir, una alteración de las supuestas “leyes” naturales, y en especial, de los datos estadísticos.
Es más, uniendo siempre la Verdad al Amor ¡Vamos al frente!, y afirmamos: ¡claro que era cáncer y más grave de lo que se dijo! Por eso dijimos que el entorno familiar y más cercano a Cristina, si sabe del milagro.
La verdadera gravedad de su afección no fue difundida por atendibles razones políticas y por lógica prudencia; era necesario y lo más correcto esperar a que dictaminaran los médicos, en especial ante lo que sucedió ahora. Ana está con Dios-nosotros, y si Dios con ella, ¿quién contra ella-nosotros-el pueblo?
Quien escribe estas líneas, yo Pedro Segundo puede dar testimonio de lo afirmado, porque en el verano del año 2002, me fue diagnosticado el mismo tipo de cáncer linfático que afectaba a mis intestinos.
Puedo brindarles este testimonio, y hasta las pruebas correspondientes, porque en principio, no tengo miedo que me tomen por loco, sencillamente porque quienes me conocen y aquellos que saben algo de mí, ¡ya me toman por loco jaaa!; a causa de no callar ni mi Fe ni mis ideas, difundiéndolas, predicando.
Distinta es la situación de Ana Cristina, la Jefa espiritual de la Nación en estos momentos, dada su función y responsabilidad institucional, y sus necesidades de “imagen”, etc.
Desde el mes de enero hasta febrero de aquel año, varios y distintos médicos buscaron diagnosticar mi enfermedad, que resultó ser muy rara, estadísticamente hablando: mesenteritis aguda, es decir, inflamación de múltiples ganglios en el mesenterio, la membrana que recubre todos los intestinos. A mediados de marzo de 2002 fui operado en el Hospital San Roque de la localidad de Gonnet, partido de La Plata y me extrajeron varios metros del intestino delgado, una válvula y el tramo superior del intestino grueso, y extirparon varios ganglios con tamaño aumentado, dos de ellos de un diámetro de 4 cm cada uno. El equipo de cirujanos, en la misma operación, corroboraron uno de los varios pre-diagnósticos, porque ya dije no estaban los médicos seguros de que tipo de afección me aquejaba. Era un cáncer le aseguraron a mis familiares y amigos apenas terminada la operación, pero aclaraban que con quimioterapia iba a tener una buena sobrevida.
Como corresponde, lo extraído fue llevado al departamento de histología del mismo hospital, y al cabo de quince días, me anunciaron, ¡que no había cáncer!; decidieron hacer un estudio más minucioso con los elementos más avanzados pero finalmente, a un mes de ser operado, confirmaron que no había nada: ¡había desaparecido! Los médicos estaban preocupados, en especial, los jóvenes cirujanos practicantes que participaron de la operación; pasa que yo podía demandarlos por mala praxis y perjudicar gravemente sus carreras profesionales. Pero en esos días les fui anunciando, mientras me hacían las curaciones de los 23 puntos que tenía toda la extensión del corte en mi abdomen, que yo sabía lo que había pasado, que hicieran su trabajo tranquilos, y que cuando me dieran el alta, les iba a contar.
Así fue, llegó el momento y les dije: pasa que además de cumplir con las prescripciones médicas había hecho un tratamiento espiritual. Es simple, el cáncer estaba y desapareció porque Santa María la Virgen había conseguido que el Padre me curara, ¡era un milagro! Crean o no, sé que fue así, por mi devoción a María del Rosario de San Nicolás y mi costumbre de orar-pedir rezando diariamente el Santo Rosario, además de muchos más que también lo hicieron. No hay incompatibilidad sino complementariedad entre arte médico y Fe; todo lo que demás se dice al respecto es solo controversia y competencia ideológica absurda.
Por eso, de todo lo acaecido, sólo se atrevieron a consignar por escrito en mi historia clínica que había sido intervenido a causa de una inflamación de origen desconocido. Así funciona el “pensar político y social correcto” porque han decidido endiosar la estupidez, su ‹no conocer y saber nada›; y se empeñan en rechazar siquiera la posibilidad de que existan las realidades del espíritu, es decir, siguiendo el verdadero método científico, tomar al Creador y a las realidades del espíritu como una hipótesis. (Cfr. Carta Fe Política Apostólica ¡Muerte y Resurrección!)
El corazón y la razón son dos formas válidas de conocer, pero el espíritu es superior a nuestras limitadas capacidades deductivas e inductivas, porque la razón es una hermanita débil de la Fe. El don-capacidad de pensar del ser humano no puede solo, necesita si o si de la guía de su hermana mayor: la Fe, para que esta la cuide, le dé de comer, la ponga de pie en el camino correcto. Sin esta guía-conducción, la pobre y caída razón humana se pierde en vanos razonamientos, erra el camino aún sin malas intenciones.
Afirmamos que cuando nos atrevemos a poner la Fe por encima de la razón, la Fe va primero e ilumina el pensamiento, y así ambos, juntos-unidos, pueden conducir a la Verdad, aunque de modos diferentes, y la certeza, evidencia y firmeza de los resultados puede ser la misma, porque hay aspectos y misterios que sólo el espíritu o corazón puede captar-comprender.
Es necedad respetar aquello que para el pensar racional verdadero del hombre, es un insulto justamente a su razón; basta de reverenciar fantasiosas aventuras especulativas supuestamente “científicas” o tecnológicas, y cuyo único objeto es negar al Creador a “cualquier precio”; porque en verdad, quienes dicen o creen ser ateos, no es cierto que no creen en nada sino que creen en otras cosas, pero su fe es débil, insustancial; oscurece en lugar de iluminar. Creen en las probabilidades, en las estadísticas, en la suerte o lo aleatorio; creen y después piensan, o más bien suponen que piensan o razonan; así olvidan en su entusiasmo, que la medicina es un arte y no una ciencia exacta.
El pueblo aclama: ¡Fuerza Cristina!, el mismo pueblo que oró-buscó la Verdad en su corazón para apoyarte.
Por eso me atrevo a decirte querida amiga de mi corazón: ¡No tengas miedo!, de seguir aceptando y dejándote llevar por el Amor en tu corazón-Ana sin medir las consecuencias, ¡caiga quien caiga, cueste lo que cueste! ¡Hasta la Victoria siempre!
Pedro Segundo
BLOG: pedrosegundoelultimopapa.blogspot.com - TWITTER: @papapedrojesus - FACEBOOK: Segundo Ubaldo Rolón

No hay comentarios:

Publicar un comentario