miércoles, 18 de enero de 2012

¡La lluvia depende del querer de los Pueblos!



San Nicolás de María - La Santa y Nueva Argentina, 18 de enero de 2012




Para comprender esta nota que es un llamado constante a la Revolución de Amor más grande nunca vista en toda la historia de la humanidad, es necesario comprender una cosa: el hombre es Dios; cuando hablo de Dios me refiero al pueblo unido, a ese mismo querer, a ese sólo Corazón que late, pide, reza y lucha.
¡Que llueva donde tiene que llover, y que no llueva donde se siembra soja! ¡Que no llueva mientras las transnacionales nos roban, y que llueva cuando seamos nosotros gobierno del pueblo! ¡Que llueva donde a Dios se le de las bolas, que es donde necesitamos estratégicamente producir!
Cuando les va bien a los “ricos y poderosos”, con la guita de la soja construyen edificios que quedan deshabitados, y cuando les va mal el estado tiene que solventar las pérdidas.
La soja de verano que explotan nuestros campos es para los chanchos de China ¡Que se vayan a la con…! El negocio lo hacen las multinacionales y nos cagan la tierra. ¡Nosotros queremos, decidimos: trigo y vacas!
Casualmente llueve en lugares donde hay trigo y no donde hay soja. El pueblo-Dios conoce otro tipo de democracia, ordena donde tiene que llover y al que no le guste… ¡que la siga chupando!
Decidimos enviarles la sequía o retener la Gracia de la lluvia, porque estamos cansados que hagan con los bienes de nuestros hermanos lo que quieren, y los derrochen, los pierdan, los regalen, los estafen y comercien la vida de los empobrecidos con ellos, ¡SE TERMINÓ!
¡SE NOTA EN LAS SEÑALES DE LOS TIEMPOS EL QUERER POPULAR!
En una época donde sin la producción argentina miles de europeos y los del norte se morirían, les estrujamos el corazón con esta realidad seca, para darle fuerzas a Cristina y que no la exploten ni aprieten más económicamente, como vienen haciendo. ¿Así que ustedes son vivos? ¡No saben con quién se metieron!
Al ex-gobernador de Río Negro, Carlos Soria lo asesinaron porque era el encargado de sostener económicamente en la agro-producción a Cristina. Cuando ocurrió esto, dijimos ¡basta! Y por eso enviamos la sequía. Dios permitió esta muerte, porque hoy sólo queda Él en los millones de corazones esperando, con hambre, deseos de justicia, sin tierra, como único financista, ¿qué hacen sin nosotros? Si no charlan con Papá no les dará nada, y Él está en Sus elegidos que buscamos una Revolución en Paz o sino, ¡nada!
¿Por qué la gente casi no se entera de lo que pasa con las cosechas argentinas, en las épocas de siembra, la producción e industrialización? ¿Por qué el pueblo no está al tanto del proceso orgánico de los bienes, si son los suyos? ¿Por qué no cuidan lo que siembran? Es necesaria una política absolutamente pública y de emergencia en este estado de la situación agropecuaria y ganadera argentina; y de los países de Latinoamérica también. Pero vamos paso a paso, primero empecemos por Casa.
En cadena nacional queremos este estado de la situación, por TV pública, y blanquear las cosas para que no se produzcan conflictos posteriores. Blanquear, tanto para los movimientos y transacciones de nuestros amigos del Gobierno de Unidad Nacional, como para nuestros enemigos infiltrados y directamente radicados en su zona de origen: Inglaterra, EE.UU., Europa. Saben que es cierto que les conviene poner todo a la luz. Saquen cálculos y cuentas correspondientes. Mas vale que batan públicamente la verdadera situación económica, porque sino después nos movilizaremos, ¡y lo haremos nosotros!
De paso, al vasco de Mendiguren, presidente de la Unión Industrial Argentina le decimos ahora que no se haga el vivo con Cristina y haga lo que Dios le pide, porque si no, caca.
Hoy la única lucha es por la producción agrícola-ganadera, todo lo demás que es ficticio: la “moneda” o el “billete” virtual del sistema narco-financiero, saben que no sirve para nada porque la Movilización que sigue y continúa en todo el mundo se los termina de voltear.
Sepan que en la siembra y en la cosecha, los valores de fe siempre han sido indispensables. Nadie, en toda la historia se manejó sin fe o simbólicamente si se quiere, para decidir qué hacer y determinar sus acciones.
La sequía de fe es lo más grave, la sequía de esperanza, la sequía de bondad, la sequía de sentido común… Miremos donde hay que mirar.
Una gota de fe puede salvar a muchos. Más que muchos planes y movimientos al pedo, reguemos la fe, todo lo demás vendrá por añadidura.

Felipe Roberto Arango y Mateo Luciano Basiliquiotis
Agrupación La Madre
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