Vivimos una situación
política privilegiada, y me refiero a la mezcla de la Acción de Dios con los
hechos de los hombres de toda la humanidad. Históricamente, el momento que se
genera es para aprovecharlo, si es que queremos hacer una Revolución.
No me refiero a la
situación del modelo “oficialista” ni de la “oposición”. Porque en esta
democracia no creo, ya que no existe, porque no es Gobierno del pueblo, para el
pueblo y con el pueblo.
El 8 de noviembre se
mostró que los argentinos somos un pueblo especial en el mundo. Que nos
interesa más la situación de la Patria que las ideas o intereses de grupo. Nos
movilizamos en Paz, aclaramos que no es gorila quien lucha por todos por el
sólo hecho de “no pertenecer” al partido _palabra que viene de partir_ al
modelo “peronista”. ¡Mentirosos! Así se ocultan los verdaderos gorilas, que son
aquellos que no gobiernan con el pueblo estén donde estén; y para esto no hace
falta tener un “cargo”.
Demostramos que, digan lo
que digan, no le damos bola al grupo Clarín pro-británico quien quería división
y violencia en la marcha, ¡y no la hubo!
Demostramos que TODO el
pueblo se interesa por la Patria, y que no es “Pueblo” sólo el que es pobre
porque no tiene para comer, sino que pueblo es un cuerpo decidido con el fervor
de una nueva Resurrección.
Por eso es un momento
importante, porque como anunció un amigo: se terminaron las clases
sociales. Y lo anunciado por Solari Parraviccini, que la clase media salvará
a la Argentina, va tomando forma. ¿En qué medida? En que va dejando de serlo,
porque en esta situación todos nos mezclamos. Ya que las necesidades esenciales
del hombre, no resueltas por este sistema caduco-muerto, son las mismas.
Mucho nos quejamos por ser esclavos, pero no es sólo
de los salarios bajos, sino también de una no-consciencia tergiversada de
consumo; por los modos de satisfacer nuestras necesidades. Por la libertad con
la que vivimos y gozamos los bienes o los sufrimos por tener que pagarlos, a
quiénes y a qué costos.
Una Nueva Cultura Económica nos llama a ponernos por
encima de la estupidez ambiente y de la inercia, del sin-tiempo de todos los
días; nos llama a ponernos por encima del problema económico y disfrutar
gobernando nosotros mismos nuestro problemas, ejerciendo las soluciones en
Común-Unidad.
Salimos a comprar a
último momento porque “no tenemos tiempo”, pagamos los productos a precios que
ponen los vivos de turno, sacando la ventajita miserable, dándole el “ok” a la
inflación que todos generamos por “pertenecer” a una forma de vida incorrecta.
Es hora, y se nota en el
ambiente, que es el momento de organizarnos, ¡parar!, buscar a los productores
de nuestra tierra, relacionarnos con ellos directamente. Adquirir provistas
semanales o mensuales, para que “la comida” no sea el único sentido de nuestras
vidas, ja, sino que podamos ocuparnos, bien alimentados, de la suerte de
nuestra Patria y desde la Nueva Argentina, de toda la humanidad.
Acudir por productos de
limpieza a las fábricas locales que los elaboran de primera, y te los venden en
bidón o en sencillas bolsas.
Acudir directamente a los
productores en el campo, de frutas y verduras o en el mercado central de cada
ciudad. Todo se hace más sencillo así.
Juntarnos para comprar
una media res de carne vacuna, cuando no podemos solos, y distribuirla según
necesidad, aprendiendo el oficio también, ¿por qué no? ¡¿Dónde quedó nuestra
esencia gaucha?!
Veremos que en esta Nueva
Economía de la Justicia, todo lo aprehendido históricamente se reúne en este
tiempo al servicio del hombre, utilizando los avances tecnológicos, ¡también!
No se la vamos a dejar en manos de los aprovechadores nada más, la tecnología
digo.
Hagamos compras
comunitarias a mayoristas en común de productos no perecederos, poniendo al
servicio la chata, el galpón, la cochera, lo que sea. ¡Demostremos que el
pueblo se impone con lo que quiere!, ¡demostremos que no nos pueden joder!
Porque esto no sólo hace falta decirlo, sino también, hacerlo.
De esta manera,
organizándonos, dejamos de ser alimento para los chanchos, sangre para los
vampiros usureros. ¿Tenemos el Gobierno o no, todo está en nuestras manos?
E implementaremos una
nueva moneda comunitaria también, sin precio, es decir, que no genera interés.
Sólo como medio de intercambio, entre unos bienes y otros, privilegiando a las
personas antes que las cosas.
Hermanos queridos, los
amamos, y continuaremos comunicándonos, porque así se hace el Amor entre
personas, interesados en un mismo y único Plan: el de nuestra Felicidad,
la de todos.
Mateo Luciano
Basiliquiotis y Juana Rosario Zoia, con Juan Elías, Santiago Rafael y María
Guadalupe
Ministerio de Economía de
la Santa y Nueva Argentina
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