San
Nicolás de María, Sede de gobierno de la Santa y Nueva Argentina, 15 de
noviembre de 2012
Anoche
instruyéndome acerca de biotecnología aplicada a la producción de alimentos, me
ocurrió una cosa muy interesante para analizar y comprender a los hombres que
se dedican a hacer ciencia. Y es que como todo apasionado por algo me tomó una
voracidad por querer conocer como es, como funciona y que se puede hacer.
En un
momento comprendí a muchos hombres que teniendo el Don de ciencia, por renegar
de Dios, han querido tomar su lugar queriendo ser como dioses. Los comprendí
porque como nos ha dicho nuestro Señor todos somos iguales en las miserias y
ninguno está exento de cometer errores cuando no se conduce a sí mismo.
Pero
para ser más concreto, teniendo el poder que otorga el conocimiento, ¿a quién
no le gustaría ser Dios? Y es que este impulso es del espíritu que está
destinado a poseerlo a Dios y asumirlo, para que seamos artífices de nuestro
destino y reyes de la creación. La
diferencia entre lo bueno o lo malo está en el proceder: se es servidor de los
demás o de sí mismo. Por eso nos decía el Señor, el que quiera ser el primero
que se haga servidor de sus hermanos.
La
ciencia de hoy se ha encontrado con problemas imposibles de resolver sin la fe,
y no es que la tecnología sea mala o buena sino que su aplicación es correcta o
no de acuerdo a quien y a que intereses sirve. De hecho actualmente en este
campo de la biotecnología existe un monopolio mundial a cargo de la multinacional
Monsanto. Estos muchachos se han expropiado el conocimiento, que es de
patrimonio universal, para lucrar con el desarrollo de semillas transgénicas,
de fertilizantes y algunas atrocidades que se cometen usando a la genética como
medio.
Todo
lo creado tiene su forma de uso y un manual de instrucciones que ofrece el
fabricante para su uso correcto. Con la creación pasa lo mismo y el fabricante
es Dios.
Por lo tanto
para hacer un correcto uso de la biotecnología, lo primero que hice fue
preguntarle al Creador como hacerlo, a lo que me respondió que la clave está en no mezclar genes de
diferentes especies, es decir sólo la utilización de células parentales para el
mejoramiento de las mismas. Lo que quiere decir, seguir el curso natural de
la evolución.
La
biotecnología debe ser aplicada a aumentar la eficacia de la producción, y
reducir los tiempos.
Cuando
se bombardean cadenas genéticas completas con genes de diferentes especies, por
ejemplo bombardear genes de bacterias sobre células vegetales esto provoca a la
larga o a la corta una malformación transgénica que se reproduce
inevitablemente en los organismos que entran en contacto con la misma; por
ejemplo, en el organismo humano cuando ingiere un alimento transgénico
contaminado de esta forma.
Lo que
hace la naturaleza, por medio de la tecnología podemos acelerarlo para cubrir
las necesidades que existen de alimentos, y las que vendrán en poco tiempo. No
nos olvidemos que La Santa y Nueva Argentina es pan de vida para el mundo,
en los tiempos de hambre que se avecinan.
Santiago Juan Marcos Satriel y Martha Noelia con Lara María Magdalena.
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