sábado, 1 de diciembre de 2012

El Si Redentor del Profeta


A Juan Domingo Rodríguez

Ha fallecido a causa de un infarto el profeta mayor de los últimos tiempos: el compañero, hermano y amigo Juan Domingo Rodríguez… Pingo. Pero el Águila sigue entre nosotros porque… ¡Hay vida eterna!
¡Que en Paz descanse junto al Padre! Fue la partida de su cuerpo en este cielo… era-es Juan Yazrael, el espíritu de profecía, y en su alma sigue luchando junto a nosotros en esta gigantesca Obra que él con valentía, venciéndose a sí mismo, inició a finales del año 2000.
Seguirá trabajando con su alma y así seguirá su misión y descanso al lado del Padre, de la Santísima Trinidad junto a su amadísima… la Santísima Virgen María porque la Misericordia en la libertad de los hombres es infinita y abarca toda negación y caída.
Un resto del peronismo de todo el país reunido en el Club Bristol de la ciudad de Buenos Aires el 2 de diciembre de 2000 daba a conocer el manifiesto popular por la devolución de la soberanía política. Decíamos ¡BASTA! a la burla a la soberanía popular y a la acción de varios grupos de ladrones que han usurpado la soberanía política popular; y Juan Domingo estaba entre nosotros decidiéndose en su interior a transmitir lo que la Virgen le pedía. Hacia 22 años que vivía hechos milagrosos y tenia visiones interiores, pero a nadie se lo decía por temor al rechazo, la burla y el martirio del ridículo.
Desde el 10 de diciembre de ese mismo año aceptó y se animó a transmitir Mensajes de los Cielos y entregar su testimonio a quienes lo quisieran escuchar; ¡sólo por esto fue-es un gigante de la Fe!
Si habitualmente la profecía es ocasión de persecución y escarnio, sobre todo hoy en los ámbitos católicos plagados de descreídos ¡Cuánto más en los ámbitos militantes y de “políticos”!
Destacamos que es un profeta mayor porque retomando la tradición judía que vemos en el Antiguo Testamento, su profecía es completa, uniendo fe y política e iniciando su misión a partir de una situación política determinada y decisiva para el destino de este pueblo elegido en una tierra santa y fértil: la Argentina. Cuando me transmitió su decisión personal, no dude y cometí “el gran pecado para el mundo”: ¡le creí! Todavía no me lo perdonan… en especial, porque sigo creyendo en todo lo que él transmitió y enseñó de parte de María y del Señor.
Pero siendo entonces el Responsable General de la «Orden María del Rosario de San Nicolás», Nuestra Madre María pidió que fuera su compañía en el peregrinar por toda la Patria que juntos desarrollamos por años dando testimonio, curando y sanando enfermos e invitando a formar Comunidades.
Fui testigo de su estremecedora lucha interior, de cuanto le costaba creer lo que recibía y obedecer, y a pesar de nuestras diferencias, tropiezos y sus fuertes apegos… La llama que prendieron en el peregrinar, seguirá encendida por los siglos de los siglos_ nos dice Mamá María.
Pero resulta que, ¡anatema!, exclamaban los que esconden sus odios con exceso de moral, el profeta era un simple tape entrerriano, un negrito “borracho” decían; maqueta completa, es decir con “lo malo y lo bueno” de nuestro pueblo humilde, despreciado, marginado y excluido ¿Qué Dios es este que elige a semejante tipo y no a uno como nosotros?, se preguntaban y se preguntan aún los fariseos actuales.
Este desprecio Juan lo vivía y padecía en su propia piel desde que tuvo uso de razón. Son los mismos negadores que hasta ayer se decían: tenemos al profeta, del mismo modo que los tiranos de la democracia falsa, creen tener al pueblo. ¡Hoy tiemblan las estructuras de pecado!, perdieron un punto de apoyo con su partida, y su derrumbe es un hecho.
Si bien los Mensajes y el relato de sus visiones y de su vida llamaron la atención de miles, sorprendieron y molestaron, lo más importante es que Juan nos entregaba sin condiciones el Corazón Inmaculado de María con un apretón de manos y un abrazo, es decir, una misma forma de ser, de sentir y de pensar… la Doctrina Nacional. También le dio a miles las Manos de Jesús para la edificación definitiva de una Comunidad Nacional Organizada. ¡Cada vez que entregó Su Corazón se limpiaron los pecados de millones!
Su Si Redentor llevó a la Reina Madre de Dios al encuentro definitivo con Su pueblo _uniéndonos con la cadena de miles de rosarios con cuentas de color celeste y rosa_ y develó el Rostro de Jesús en los hombres abriendo las puertas del Cielo en la plenitud de los tiempos, congregando al rebaño eterno del Señor en torno a Segundo Pedro, invitando a los últimos a las Bodas definitivas del Cristo.
¡Muchos que necesitaban ver para creer!, miraron, y algunos Lo Vieron a Jesús crucificado en el cuerpo del profeta, también Sus Sagradas Llagas y Sus Dolores; y Juan se entregaba a esta exposición con mansedumbre. ¡Era Jesús crucificado en el pueblo humilde… en los últimos! Que así anunciaba su Resurrección y la de la Patria toda. ¡Quien quiera entender que entienda!
Nuestra peregrinación en general y en especial, entre los jóvenes, culminó en la fundación de la Escuela Central de la Vida en San Nicolás de María; juntos y en soledad la iniciamos en el año 2003.
Allí formulamos y fuimos exponiendo la Fideipolítica; cientos aprendimos con María y Jesús, a través de la tarea de Juan, a vivir en común, no sin dificultades y venciendo grandes obstáculos más que nada interiores.
En esta Escuela fueron congregados discípulas y discípulos, y jóvenes predilectos formados, forjados y probados por María y Jesús EN Juan, para señalar y seleccionar a los Apóstoles de los últimos tiempos y a sus esposas: el Colegio Apostólico-Rey Cristo Jesús.
Todo esto, y mucho más, ¿se hizo sin la intervención de las comunes miserias humanas? ¡Claro que no! En el marco de la Tercera Creación y la realidad del santo-pecador, no podía ser de otra manera más allá de las pretensiones de los que “son como dioses” y que nunca faltan.
Hubo peleas, incomprensiones, confusiones, alejamientos, hipocresías, traiciones, etc., pero justamente todo eso, engrandece el sacrificio santo de Juan para transmitir las Enseñanzas del Maestro a pesar de sus-nuestras miserias y a través de ellas también.
Algo importante en estos momentos que adviene la Revolución del sexo femenino. Juan Domingo durante toda su existencia terrenal fue un enamorado del Amor, y esto lo excedía forjándolo como un amante sufriente; su corazón-espíritu amaba a Su Reina María en todas las mujeres de carne y hueso, de ahí sus confusiones y errores en la carne. Pero al desarrollar su misión con grandes dificultades pudo elevar estos sentimientos a esferas más sublimes. Supo desde un principio y abogó por la supremacía de las mujeres, provocando gran molestia de nos, los frágiles varones. Siempre supo que… ¡María Gobierna el mundo!
La sentencia de san Pablo… dónde sobreabundó el pecado, sobreabundó la Gracia, dejó de ser una frase ahuecada por repetida en un cómodo culto que no vale nada; fue-es realidad efectiva y vivencia concreta.
Juan fue capaz de transmitir la Voluntad del Señor aún contrariando sus convicciones y sentimientos más íntimos, por ejemplo, cuando me transmitió que yo era Pedro en julio del 2002; él hubiese preferido que fuera otro compañero a quien amaba entrañablemente y era su líder ¡Nunca estuvo de acuerdo con que el Señor me hubiese elegido a mí!, y lo mismo le ocurrió con otros elegidos.
Es verdad que después del año 2006, cuando se alejó de mí y de la Escuela Central de la Vida, me negó de hecho y se desdijo él mismo, acosado como estaba por los malos espíritus de Judas, el traidor y del profeta Balaán; sin embargo, no pudieron usarlo a él en mi contra, no pudieron torcer los Designios del Señor y, ¡hay continuidad perfecta de una sola Obra de Redención!, a pesar de los desvíos, la división y separación en la carne, y de las burdas maniobras que ahora mismo intentan ejecutar.
¡Cuán grande es su misión y entrega ante el Altísimo!; ahora Juan es más grande a los ojos del Padre
Es la Gracia del Amor que arrolla toda caída, falla y error humano, sea de uno o de miles de millones.
Los cobardes que supuestamente pretendían aceptar a Pedro sólo si el profeta mayor lo decía, ¡fracasaron en su intento de eludir su propio trabajo de Fe! Ese aval en el corazón de cada uno, sólo puede venir del Espíritu Santo, sino rechazamos sus mociones.  
El Padre en su Misericordia se llevó al profeta Juan a Su lado porque su carne ya no soportaba más, y me consta que Se lo pedía desde el año 2001, cuando me contó que había “pactado” con María quedarse en esta tierra solo 7 años más; y bueno, ¡todavía tuvo que trabajar 4 años más! Es el combate fatal en su corazón, y por eso nos dice la Reina Madre María: No terminó de amalgamar al santo-pecador, misión principal de su espíritu sostén. No tomó la Si Política en plenitud en esta última etapa de angustia e inminencia, por eso de júbilo. Fue así como no aguantaba tanto Amor, estaba solo entre sus hermanos, doy testimonio de esto.
Su desaparición física es un golpe certero a la dirigencia discípula conductora y principalmente a la jerarquía clerical traidora. A estos últimos, la Virgen María los está incitando, y esto es una confirmación para ellos, ya que La siguen negando, bastardeando a Sus enviados.
En cada uno de nosotros los discípulos y en el Cuerpo-humanidad, Juan completará el camino que lo lleva definitivamente a la Casa del Padre, si así lo queremos y sentimos todos. Que así sea.
Pedro Gabriel Jesús en el Corazón de María Liliana con Joaquín 

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